Enrique también llegó…(Anecdotario)

En la presentación que encabeza este recién nacido blog apunto los diferentes temas sobre los que, en principio, escribiré semanalmente. Si la inauguración se lanzó con mi visión particular sobre la figura del anfitrión, el mes de marzo ha contado con artículos relacionados con eventos organizados por quien escribe o con referencias a algunos de mis lugares fetiche o preferencias gastronómicas (véase “Los pasteles del padrino” del pasado 17 de marzo).

El mundo de las relaciones públicas es complejo a la vez que apasionante, pero esto último únicamente para aquellos a quienes les acompaña la vocación. Es un concepto muy difuso y de manera equivocada es frecuente apreciar como se confunde el término restando valor a su importancia.

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La puesta en marcha de las relaciones públicas marca el punto de inflexión entre el fracaso o el éxito de un acontecimiento concreto.Tras unos cuantos años desarrollando mi labor en el mundo de la imagen corporativa, la organización de eventos, el protocolo y las relaciones públicas he vivido diferentes experiencias y todas ellas han quedado en la memoria porque de una u otra forma me han hecho crecer profesionalmente y lo más importante…¡Aprender!

Hoy toca ración de anecdotario…de manera intercalada habrá artículos que pertenecerán a este grupo…¡el de mi anecdotario!, al que espero que la vida me de la oportunidad de seguir aportando contenido interesante.

21 de diciembre de 2005 en el aeropuerto internacional Madrid-Barajas. Yo me encontraba en aquel momento trabajando en un departamento ya desaparecido de la compañía Iberia denominado “Clases Nobles”.Alrededor de las 6:15 horas de la mañana suena el teléfono desde la dirección de RRPP para preguntar por mí. Se trata de un coordinador de servicio que me informa de un imprevisto para el que hay que movilizarse rápido y casi sobre la marcha. En la cabina de clase preferente del vuelo 6124 procedente de Miami viajan Enrique Iglesias y algunos de sus familiares. Aparentemente no me parecía una noticia diferente al resto de las que escuchaba diariamente pero, antes de hablar, preferí seguir escuchando a mi interlocutor para que me explicase qué podía hacer yo al respecto.

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Hacía un par de días que el doctor Iglesias Puga había fallecido repentinamente en Madrid y la noticia ya había saltado por todos los medios de comunicación debido al enorme tirón mediático de esta familia y a la especial simpatía que despertaba el patriarca.

Yo era conocedor del despliegue que se había montado por parte de la familia para viajar a España rápidamente el día 19 (cuando se produjo el fallecimiento) y acompañar así los restos mortales junto a los más cercanos. Curiosamente y de manera totalmente casual, había tenido la oportunidad de coincidir la semana anterior con Ronna Keith (la esposa del doctor) cuando se disponía a realizar los trámites previos para embarcar en el vuelo Madrid-Miami junto a su hijo y una niñera camino de su casa en Jacksonville (Florida), donde tenía previsto reunirse la semana siguiente con su marido para celebrar juntos la Navidad.

JULIO RONNA JAIME

Cuando el día 19 la familia es informada automáticamente piensan en viajar juntos a España en el avión privado de Julio Iglesias pero esto no es posible debido a encontrarse averiado y en reparación, lo cual impide utilizarlo en las siguientes horas. De todos es conocida la popularidad universal del artista español por lo que los medios de todo el  mundo se hacen eco de la noticia y buscan la imagen del ídolo de masas llegando a su país para despedir a su padre.

El cantante delega la organización del viaje en su hermano Carlos pues se ve desbordado por la tristeza y sólo piensa en llegar a Madrid pero se encuentra bloqueado. Carlos Iglesias contacta con Juan José Hidalgo, buen amigo de su hermano, quien pone a disposición de la familia un avión que les traslade en el mismo día a España.

AVION PRIVADO

El avión saldría de Miami con los miembros que en ese momento podían viajar juntos y haría escala en República dominicana para sumar cómo pasajeros a Julio Iglesias, su pareja Miranda y sus hijos pequeños que se encontraban en su residencia de Punta Cana. En el avión viajan los tres hijos del fallecido (Julio, Carlos y el pequeño Jaime) con la mayor parte de la familia de ambos. Igualmente lo hace con ellos la viuda. Por la noche aterrizan en Madrid abatidos. Establecen el cuartel general en unas suites del hotel Villamagna.

Chábeli ya se encontraba en Madrid junto a su marido y su hijo instalada en casa de su madre para celebrar la Navidad. Su hermano Julio ha viajado con la familia a Madrid y también se instala en casa de su madre adelantando un viaje que tenía previsto para un par de días más tarde.

Al día siguiente queda instalado el velatorio de la manera más privada posible. Tan sólo se consiguen imágenes de los familiares más directos entrando y saliendo en los coches.

JULIO PADRE HIJO Y HERMANO

Es una vez más Carlos Iglesias quien atiende brevemente a la prensa para dar las gracias en nombre de toda la familia. Quieren discreción total y lo consiguen. Incluso a última hora accede al recinto en coche y visiblemente afectada su nieta Chábeli acompañada por su madre, Isabel Preysler, que siempre mantuvo una excelente relación con el doctor. No quiere protagonismo alguno, tan sólo dar el pésame al padre de sus hijos mayores y apoyar a un Julio Iglesias hundido. No hay declaraciones ni posados que rompan la prudencia que todos han adoptado al respecto.

isabel preysler

Después de un día entero de reconocer caras a través de las ventanillas de los coches, la prensa se pregunta…¿Dónde esta Enrique?.

Y comienza a difundirse la noticia rápidamente de que el nieto artista no ha viajado a España. No es cierto, Enrique viajó en cuánto pudo y aquí empieza una de mis anécdotas con los Iglesias.

Me había quedado en el momento en que recibo la llamada. Me informan de que debo dirigirme a la llegada del avión para recibir al mencionado pasajero y sus acompañantes. Son el resto de miembros de la familia que, por diferentes motivos, no se encontraban en Miami en el momento en que partió el vuelo de urgencia un par de días antes.

La historia es que el avión de Juan José Hidalgo se encuentra preparado en el aeropuerto de Madrid-Barajas con toda la familia a bordo para volar hacia Málaga donde juntos permanecerían reunidos en la casa que el cantante tiene en Ojén los días de la Navidad. Tengo que esperar y recibirles en el avión de Iberia, realizar los trámites de entrada en España y estar en permanente contacto con un miembro del departamento de relaciones públicas de Air Europa, que pondrá a nuestra disposición un vehículo para trasladarnos hacia el avión del Sr. Hidalgo donde Enrique se reunirá con su padre y demás familia. El tiempo apremia y todo tiene que ser fluido. Me vestiré con una sonrisa amable ante una situación de duelo familiar. Consideré que la cercanía, la colaboración y la empatía serían mis buenos aliados.

ENRIQUE IGLESIAS

Únicamente me dan un dato más : “Antes de marcharte al avión habla con un señor que la Policía del aeropuerto va a indicarte”. Así lo hice. Se trataba de Jesús, un miembro de la Policía Nacional al que habían dejado acceder al área restringida por tratarse del escolta que durante tantos y tantos años acompañó a Julio Iglesias Puga desde su liberación tras haber sido secuestrado en Madrid y encerrado por ETA en la localidad de Trasmoz (Zaragoza) en diciembre de 1981. LLegó a ser un confidente fiel y cercano.  Jesús estaba emocionado y muy triste y sólo quería abrazar a Enrique. Le conocía desde que era un niño y guardaba recuerdos de muchas vivencias. El año anterior el autor de estas líneas había leído “Voluntad de hierro”, la biografía del doctor. Un libro muy interesante por dar a conocer los aspectos más desconocidos de quién parecía saberse todo. No es un libro cualquiera.

Permanecí con Jesús los momentos previos a que el vuelo tomase tierra. Estuvo encantador y le noté muy afectado. Quería al doctor. Me habló de los nietos cuando eran pequeños, de la generosidad de Don Julio, de su vinculación lógica con la familia y de su predilección por Enrique. Decía que había sido muy travieso y que quería estar con él aunque sólo fuese un instante. Jesús me pareció un hombre fiel y entrañable. Me avisan por emisora interna de que el avión está a punto de tomar tierra.Hay un coche preparado para llevarme a pista. Es primerísima hora de una fría mañana cuyo viento casi me corta la cara. La tripulación les avisa de que un representante de la aerolínea espera a pie de avión sin utilizar el nombre de Enrique por respeto a la privacidad.

AVISO TRIPULACION

Me dispongo a saludar y recibir a Enrique Iglesias que viene acompañado por sus dos de sus primos (Marta y Carlos Iglesias) y Elvira Olivares “La Seño”, una mujer completamente entregada a la familia y en especial a él.

Enrique estuvo educado, agradecido por mi atención como representante de la compañía a su disposición y curioso por saber cómo iba a ser la dinámica hasta reunirse con su padre en el otro avión. Le informé de que necesitaba los pasaportes de todos, de que yo les acompañaría a pasar el control pertinente de entrada a España, retirada de equipajes y contacto con otra persona que facilitaría el traslado de nuevo por pista. Íbamos con la hora pegada y tras el saludo inicial nos dirigimos a la zona de control de pasaportes. Allí estaba esperando Jesús que, emocionado, abrazó a Enrique y a «La Seño» a quienes conocía desde hacía más de treinta años.

Pasados los trámites policiales Jesús me pidió si podía permanecer con nosotros mientras nos llegaba el arsenal de equipaje que traían. Enrique Iglesias estuvo natural, sencillo en el trato, nada “estrella”, cercano, educadísimo, aunque se notaba que estaba cansado y tenso por el momento que estaba pasando la familia. Recuerdo que se sentó sobre su equipaje de mano y Jesús consiguió arrancarle alguna que otra sonrisa recordándole travesuras de cuando era pequeño. Se despidieron en cuanto el servicio de equipajes nos facilitó las piezas que venían en bodega y pude apreciar la emoción en el abrazo y en los ojos de Jesús.

Acto seguido hablé por emisora interna para dirigirme hacia la zona dónde nos esperaba la última parte de la misión…¡el traslado al reencuentro!…Cumplido mi cometido recuerdo un afectuoso agradecimiento y total cordialidad

AVION JULIO IGLESIAS

Esa misma noche los medios de comunicación continuaban cacareando a voz en grito que Enrique Iglesias no había podido reunirse con su familia tras el fallecimiento de su abuelo.

Hoy, más de ocho años después, relato los hechos tal cómo sucedieron.

Enrique también llegó…

 

¡Hasta pronto!

 

10 Comentarios

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10 Responses to Enrique también llegó…(Anecdotario)

  1. Seguro que a Enrique Iglesias le gustaría leer este artículo.

    • felipe

      Lo desconozco.
      En cualquier caso,demostró su excelente educación y siempre lo recuerdo.
      Yo cumplía con mis responsabilidades cómo lo hacía diariamente en esa etapa profesional de mi vida y encontré de todo.Algunas de las llamadas celebridades no estaban a la altura del término.No daré nombres porque la prudencia y la mesura marcan mis pautas de actuación.

  2. Nuria

    Fenomenal!!!! Para que se vea que no siempre es real lo que se pública…
    Muy buen post….cada día lo haces mejor

    • felipe

      Muchas gracias
      Efectivamente,la información se manipula al antojo de quién se beneficia al respecto
      ¡Me encanta encontrar semanalmente tus comentarios!

  3. Amalia

    Felipeee…¡Cuántas anécdotas y vivencias te llevaste de aquella etapa!
    Un día tienes que relatar cómo conociste a Raquel Welch
    ¡Yo me doblo de risa cada vez que te recuerdo contarlo!
    Te deseo muuucha suerte

  4. Jaime Trillo

    Se nota que te acompaña esa vocación por el mundo de las relaciones públicas a la que haces referencia en el artículo.
    Sin duda,esa es una de tus mejores bazas para organizar y coordinar
    eventos.
    ¡Ánimo emprendedor!
    Tu experiencia en etapas anteriores es una estupenda base para continuar

  5. tizziana

    Desconectada estos dias, leo con agrado el artículo de esta semana. Eres sorprendente, me admira la facilidad con la que pasas de narrar un evento glamuroso a un eco de sociedad. Habremos descubierto ya todas tus facetas?.
    Espero intrigada, lo que nos preparas para el próximo lunes. Has pensado que además de utilizar tu gran imaginación para preparar encuentros familiares y sociales, puedes sacarle partido para escribir un fantástico libro de protocolo?
    Contempla la idea. Es una sugerencia.

    • felipe

      ¡Echaba de menos tu fiel encuentro con el blog de Chapó!
      Esta semana he tocado el palo de las relaciones públicas.
      En principio la próxima semana se sirve de nuevo ración de evento archivado en mi memoria…¡ya veremos!
      El protocolo ocupará también en su momento la temática de algunos artículos.Es un mundo verdaderamente interesante.
      Gracias por tu comentario con sugerencia que recibo con enorme ánimo.
      Eres excelente cómo participante en un foro de opinión.

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