Ser anfitrión

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La figura del buen anfitrión está relativamente denostada por generalizarse de forma errónea que lleva implícita una carga de anacronismo o pertenencia a una exclusiva clase social en la cual aún se da la espalda a ese concepto tan nebuloso que se emplea con una alegría desmesurada de “las nuevas costumbres”…¡Tremendo fallo!

Para calificar y etiquetar la figura del anfitrión, en primer lugar habrá que tener claro en qué consiste y será entonces cuando desmontemos el argumento fácil y vulgar de asociarlo equivocadamente a connotaciones sociales o económicas.

El anfitrión es quien invita o convoca como organizador a una determinada reunión.

No hay más doblez en el término. La reunión puede ser desde un grupo de gente citados a una conferencia, la invitación a tomar una copa en casa o el día de nuestra boda. La conferencia puede ser en el local de una de tantas asociaciones de vecinos o en el club privado más selecto.

De igual manera es totalmente secundario si la residencia donde vamos a tomar la copa es modesta o majestuosa, tal y cómo ocurre con tantos y tantos ejemplos.

En todos los casos el papel del anfitrión es determinante para el buen desarrollo de la reunión de que se trate y sobre todo para un óptimo resultado, que al fin y al cabo es el efecto deseado.

La base es entender que los invitados o convocados van a actuar por mimetismo y, por lo tanto, somos en gran parte responsables de que pasen un rato más o menos agradable y de igual manera nos ocurrirá a nosotros.Debemos incluirnos en el grupo para que el resto no nos vea cómo un sujeto ajeno que, de vez en cuando, aparece en escena.Es evidente que ocupamos un lugar diferente porque estaremos pendientes del devenir de la reunión y del correcto funcionamiento del esquema inicialmente previsto.

Si se trata de un encuentro en un lugar que no es nuestra casa, básicamente nos deberíamos ceñir a recibir y despedir con agradecimiento a los asistentes.

Pongamos por caso que se trata de una conferencia, la presentación de un libro o la inauguración de una exposición. Si se trata del acto concreto sin más “adornos”, estamos para eso y si además se acompaña de una copa posterior o celebración accesoria nuestro cometido seguirá siendo el mismo habiendo buscado previamente un aliado en el responsable de la organización del evento para que cuide los detalles en la medida en que se lo permitan las circunstancias concretas del momento.

Lo que debemos evitar en todo momento es actuar cómo directores de orquesta, dando la nota y trasladando una sensación de que la reunión nos esta causando inquietud o preocupación. Si la idea es que los demás disfruten será prácticamente imposible que lo hagan si no perciben que también disfruta quién les ha llevado a la cita.

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A estas alturas de la exposición, a muchos se les habrá pasado por la cabeza que es muy fácil partir de esta premisa si la invitación no es en nuestra casa.

Estoy de acuerdo pero sólo en parte.

Hay tres grandes grupos a considerar en este supuesto:

+ Quienes tienen el apoyo de un personal de servicio doméstico interno y especializado, que además cuentan con un amplio abanico de medios para delegar en terceros hasta el último detalle.

+ Los que tienen su casa y un presupuesto al que ceñirse, teniendo en cuenta que además el ajetreo generalizado de hoy en día nos limita fundamentalmente en cuanto al tiempo.

+ A los que les trae sin cuidado todo y la palabra anfitrión les suena a faraón.

Los primeros son minoría y si no se esfuerzan un poco en ser cuanto menos correctos en eso de recibir y despedir…¡les viene muy grande todo ese despliegue del que disfrutan!.

Lo peor es que, en ocasiones, a pesar de no dar palo al agua se pasan la velada en la cocina con quienes están trabajando o rebuscando velas en un aparador cómo si el mundo fuese a terminarse si no las encuentran.

También algunos de ellos son excelentes anfitriones pero no por su poder adquisitivo o su estrato social, sino por sus cualidades personales y magnífico trato.

Los terceros están completamente ajenos. Abren la puerta (si es que no la han dejado ya abierta para hacerlo más cómodo) y con suerte te saludan. A partir de ahí comienza la labor de descubrir el terreno que acabamos de pisar y departir con el resto de terrícolas que pululan por el lugar.

Voy a centrarme en el segundo grupo que, quiero pensar, es el gran montante.

El mérito consiste en sacar el mayor partido a los medios de los que disponemos sin complicarnos más de la cuenta porque es entonces cuando pasaremos de disfrutar a trabajar a destajo provocando que los demás se sientan incómodos.

Una de las claves fundamentales es tener preparado todo lo que se pueda antes de comenzar y el resto dejarlo casi a punto para que, una vez comience el tema, tan sólo tengamos que rematar detalles.

¡Relajémonos!…recibiendo con una sonrisa, presentando a quienes no se conozcan si se da el caso, transmitiendo alegría por la asistencia e interés porque los demás se sientan integrados de la manera más equitativa posible.

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La naturalidad también es importante pero tengo la cada vez más afianzada sensación de que el concepto de naturalidad es difuso.

Ser natural es comportarse de manera espontánea, con sencillez en el trato y en el modo de proceder.

No se trata de ir a nuestro aire o de permitirse licencias o confianzas fuera de lugar por aquello de que“…yo es que soy muy natural…”.

A mí particularmente me asustan frases del tipo: “estamos en confianza”, “compórtate como si estuvieras en tu casa”, “si quieres tomar algo abre el frigorífico y sírvete”,etc…

La confianza esta para el ámbito más intimo de la persona, que no debe ir más allá del círculo familiar más cercano.

Para casa, la nuestra…

Las despensas y neveras están mejor bajo el control de quienes controlan su logística y suministro.

En la actualidad cada vez se reúne menos la gente en casas particulares debido al frenético estilo de vida que la mayoría llevamos. Pero si nos animamos a hacerlo o surge por el motivo que sea, la idea es no intentar abarcar más jaleo de aquel que nos sintamos capaces de controlar.

Hay quienes lo pasan en grande metidos dos días enteros en la cocina preparando exquisiteces y abriendo los armarios para elegir sus mejores mantelerías, vajillas, cuberterías, cristalerías, centros de mesa, etc…Si disfrutan (lo cual es magnífico) o incluso le sirve como método de desconexión de otros menesteres…¡Perfecto!

Para el resto, que son legión hoy en día, lo ideal es cuidar pequeños detalles ya que eso es lo que quedará en el recuerdo de nuestros invitados.

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Recomiendo evitar en todo lo posible la tan sobrevalorada improvisación…¡Cuidado!

No voy a hacer una exposición de cómo preparar un aperitivo, un almuerzo, una merienda, una cena o unas copas. Estos temas tienen la suficiente importancia para protagonizar futuros artículos.

El anfitrión debe departir con todos y estar pendiente de que nadie se sienta desplazado.

Para sentarse en un “tú a tú” con tu mejor amigo o con tu hermano y poneros al día de vuestras cosas…¡Elige otro momento!

Debemos evitar temas espinosos que puedan generar malestar y, si alguno de nuestros invitados se desmarca al respecto, nuestra destreza será la de reconducir con cortesía la situación para lo cual yo siempre recomiendo valernos de algún toque de buen humor que rompa la tensión creada y sirva para cambiar el tema.

Nada de levantarnos constantemente ausentándonos, ni ponernos a hablar por teléfono salvo para temas urgentes o dar un mensaje rápido.

Se trata de pasar un buen rato por lo que no dedicaremos la mitad del tiempo a retirar vasos, fregar menaje, recoger migas u ordenar cada cosa que se mueva de su sitio.

Si caemos en ese error haremos que, por un lado, el resto se sientan incómodos y además se vean seguramente en la obligación de dejar de disfrutar para sumarse a la tarea de quien ha abandonado el disfrute por el trabajo.

Se recoge y se ordena cuando se ha finalizado y el territorio esta libre. Si tenemos la suerte de que algún familiar de confianza se queda con nosotros y nos ayuda a ello será lógicamente más fácil, como ocurre en ocasiones con los más íntimos.

La cualidad del buen anfitrión radica en atender, no en servir.

 

¡Hasta pronto!

 

 

16 Comentarios

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16 Responses to Ser anfitrión

  1. Completamente de acuerdo, es dificilísimo ser anfitrión. Por eso nos hace falta ayuda.
    No hay cosa más violenta que ir a una casa y ver como los que te han invitado no paran de «servirte «.
    Muy buena la idea de poder confiar en alguién que sabes te puede ayudar con precios asequibles e ideas innovadoras.

    • felipe

      Tienes razón…llegas y,si ves que no disfruta quien te invita acompañándote,estás deseando marcharte…
      Recuerdo mi frase…El anfitrión no sirve,atiende…
      ¡Hasta pronto!

  2. luis navarro

    Me parece muy interesante el artículo, no sé en que grupo encuadrarme, pero seguro que siguiendo sus pautas, serán en el adecuado.
    Empresa interesante y a seguir. Enhorabuena

    • felipe

      Hola Luis,me encanta que surjan comentarios así.
      Hacen del blog un punto de encuentro más ameno.
      Es una buena pregunta…¿Dónde nos encuadraríamos?
      Gracias

  3. tizziana

    Interesante artículo que nos ayuda a poner atención en muchos aspectos que se nos van de las manos.
    Describe con amenidad , profesionalidad y sobre todo con cercanía, las diferentes actitudes de quien se enfrenta a un compromiso social y el el estrés que eso provoca.
    Seguiremos tus pasos y tus consejos Felipe. Buena suerte en tu proyecto, estoy segura que de tu mano podremos salir airosos de algunas complicadas situaciones.

    • felipe

      Muchas gracias.
      Apuesto por facilitar las dificultades.
      Vuestros comentarios son leña de la mejor calidad para hacer un fuego de calidad.
      Gracias.

  4. Gabriel Ribes

    La de vueltas que le habré dado yo a este tema pensando que me había quedado desfasado en mi concepto del anfitrión.Me ha encantado tu exposición.Considero que vivimos en la época del «todo vale» y no hay que confundir avanzar con abandonar una reunión a su suerte.
    Efectivamente existe una creencia casi generalizada de que ser anfitrión es sinónimo de vivir en un palacio rodeado de servicio a golpe de chasquido.
    ¡Muy bien Felipe!

    • felipe

      Bienvenido Gabriel.
      No…no te has quedado desfasado…te estas quedando alucinado con según que detalles.
      ¡Te espero en el blog a partir de ahora!

  5. luis navarro

    Felipe, me gustaría mas información sobre la actividad que va a realizar chapó. La página es muy elegante, original pero creo que le falta más información e imágenes

    • Felipe

      Hola Luis,me gusta que aprecies elegancia y originalidad.
      Respeto tu opinión en cuánto al comentario que haces pero la intención es que la página sea una plataforma de contacto y el blog un canal de comunicación.
      Chapó no es un iniciativa sujeta a etiquetas.Se trata de un proyecto que engloba tres líneas muy claras.
      Organización y gestión de un evento personalizando y cuidando los detalles siempre ajustándose al presupuesto disponible,dar soporte de relaciones públicas cómo servicio externo o cómo complemento a un evento propio y aportar el importante suplemento que supone el protocolo en según que ocasiones.
      Si quieres ampliar información dispones de una dirección de correo electrónico en la propia página.
      Estaré encantado de atenderte.

  6. Nuria del Olmo

    Me encantaaa!!!!
    Un blog estupendo, muy distinto a lo habitual,
    Enhorabuena, por favor, sigue publicando…….
    Ahí estaré!

  7. Jose Amil

    Enhorabuena Felipe por esta iniciativa que emprendes con toda la ilusión, de seguro te reportara muchas satisfacciones.
    Tomare nota de los buenos concejos de tu Blog por si algún día tengo el placer de ser tu anfitrión.
    Un saludo

    • felipe

      Muchas gracias.
      Tú eres buena gente y eso es la mejor base con la que cuentas.
      Además cuidas los detalles y me consta por lo que,a buen seguro,eres un excelente anfitrión.
      Un fuerte abrazo

  8. Lorenzo del Valle

    ¡Cierto,cierto,cierto!
    Enhorabuena por tratar de una forma tan amena la figura del anfitrión.Resulta divertido tu enfoque Felipe.
    Estoy completamente de acuerdo en la división de los tres grupos a la que haces referencia.
    Desconozco si es coincidencia o casualidad pero,en mi escasa vida social,cada vez me encuentro más con ejemplos encuadrables en el¡tercer grupo!
    En nuestro caso,el anfitrión en casa es mi hijo Alfonso.
    Se maneja estupendamente y domina el asunto mejor que su madre y yo.
    Cuando viene alguien a casa y no esta Alfonso le echamos de menos.Nos hemos acostumbrado mal.
    Sus hermanos le llaman para apoyarse en él.
    ¿Con qué periodicidad publicarás los artículos?
    Estaré pendiente.
    ¡Felicidades!

    • felipe

      Muchas gracias.
      Los artículos se publicarán cada lunes.
      Estaré encantado de contar con seguidores como tú.
      ¡Hasta muy pronto!

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